jueves, 6 de febrero de 2020

Kobe



Dedicado a todos los que aman el baloncesto y la vida.

Por casa todos sabíamos cual era el jugador favorito de cada uno. Hablar mal de ese jugador era hablar mal de tu amigo/vecino. Una vez me dieron un tapón bien asqueroso y salió Junito el hermano de Fósforo gritando: “¡Le dieron un tapón a Shaquille! ¡LE DIERON UN TAPÓN A SHAQUILLE!” Me quedaba callao pero por dentro deseaba que Anfernee Hardaway se rompiera la rodilla porque era el jugador favorito de él.

Cuando nos criábamos no teníamos superhéroes, nuestros héroes eran los raperos y los baloncelistas. Todos sabían que Shaquille O’Neal era mi jugador favorito porque rompía canastos y hacía windmills de breakin’. Shaquille fue cambiado de Orlando Magic a Los Angeles Lakers y ese mismo verano fue el Draft de Kobe Bryant.

Sin saberlo aún estaba viendo una personificación de todos mis sueños. Un chamaco que se graduó de escuela superior y brincó directo a la NBA en vez de ir a la universidad. De mi escuela el único que pudo dar ese brinco fue Peter John Ramos y ahora prefiere que le hagan la figura cuatro en un ring a dar tapones en la cancha. Recuerdo cuando Kobe antes de jugar su primer partido fue a su senior prom acompañado de Brandy la del programa Moesha que era la negrita que más buena estaba a finales de los 90’s. Uno se alegraba como cuando un pana se consigue una jeva que está bien buena.

Porque Kobe era alguien que conocías desde 1996. No solo lo conocías, gracias al culto a la personalidad del capitalismo lo conocías bien. Desde que se cambió la gorra de los Hornets  por la de los Lakers la noche del Draft en 1996 más nunca dejó de usar el amarillo y el violeta. Ni Jordan puede decir eso. Kobe le fue leal a su equipo siempre.

Esa es otra, cuando empecé a ver NBA ya Jordan era Jordan y era el Dios y Señor de la liga. Los 80’s tuve que hacer la asignación con ESPN y aprender por mi cuenta de lo que había pasado en el baloncesto antes de 1992. Como no había internet era fácil no perder la concentración y pude hacerlo. Pero con Kobe no tuve que hacer research, todo pasó al momento con mi vida.

Kobe es casi de mi edad y los paralelismos entre su carrera y la vida de alguien de mi generación son muchos. Mirando al futuro con esperanza cuando ganó la competencia de donkeos en 1998. Un grito de confianza cuando le hizo el puente aéreo a Shaquille contra Portland Trailblazers en los playoffs del 2000 después de estar abajo por 19 puntos. El optimismo invencible de ganar 3 campeonatos corridos y demostrarle a todos los que eran Chicago Bulls en los 90’s que los 2000’s eran de los Lakers y sus fanáticos. Ñeta.

Pero como decía Eddie Dee cuando tenía dreadlocks en Boricua Guerrero: “Todo lo que sube-be/ Tú sabes que baja-ja/”. Justo en la que sería la temporada de romper el record de los Bulls de 3 campeonatos corridos fue que vino la acusación de violación a Kobe por la empleada del hotel. Eso jodió al equipo tanto que no pudieron ganar el cuarto campeonato corrido. Recuerdo ver a Kobe llorando en la banca y yo acá atacao también. Recuerdo aún más todas las llamadas de números locos que me llamaron cuando eliminaron a los Lakers y cuando contestaba solo se escuchaban diferentes voces burlonas riéndose de mi desdicha. 

Esa era otra cosa que me identificaba con Kobe, a él todos lo odiaban. Sabían que le metía como nadie pero lo odiaban por su personalidad genuina y libre. La mayoría de los records de puntos que hizo fue cuando tenía la acusación de violación encima. Los 81 puntos los metió al otro día de una deposición por la violación que nunca ocurrió. Kobe nos enseñó que aunque tengas al mundo en tu contra debes seguir trabajando en lo tuyo sin quitarte nunca.

Las Finales del 2008 se vio a Kobe tan cansado que ver esos juegos era sufrir imaginándote que nunca le iba a pasar a Shaquille en sortijas de campeonatos luego que Shaq ganara una adicional con Miami Heat en 2006.

Cuando te sientas bien jodío en la vida piensa: “Me siento peor que Kobe Bryant en las Finales del 2008, coño”, porque todos sabemos que lo que vino después del 2008 fueron los Campeonatos del 2009 y 2010. Si eres fan de Kobe Bryant sabes que aunque estés bien abajo y bien jodío como las Finales del 2008 siempre te vas a levantar y volver a ser Campeón y el mejor en lo tuyo.

Ojalá más amigos míos hubieran sido fans de Kobe para no quitarse de la vida cuando se vieron bien abajo sin esperanzas.

Luego vino la temporada que perdió por la lesión del tendón de Aquiles que es una metáfora a como de adultos tenemos que bregar con todos nuestros sueños que no se cumplen. Kobe nunca le pudo pasar a Jordan en Campeonatos, aunque si le pasó en puntos y le echó 55 en un juego contra los Washington Wizards.

La grandeza de Kobe era levantarse cuando estaba abajo y ya nadie creía en él. Desde que murió en un accidente de helicóptero junto a su hija Gianna y otras siete personas el pasado 26 de enero del 2020 lo único que he podido ver de él ha sido los últimos tres minutos de su último juego en la NBA.

El último juego en la carrera de Kobe Bryant lo vi solo en la sala de mi casa gritando al televisor como si tuviera 14 años por siempre con mi sueño de jugar en la NBA intacto. Esa noche del 2016 recordé porque amo el baloncesto y porque era fan de Kobe, porque me enseñaron a tener corazón y a nunca quitarme.

Ahora soy adulto y tengo una hija de 5 años con la que juego baloncesto porque quiero pasarle mi pasión y mi corazón igual que Kobe se las pasó a su hija Gianna. Ella se ríe y no entiende nada todavía cuando me pasa la bola y la tiro al canasto, pero lo más importante en mi vida de padre es jugar con mi hija como lo hacía Kobe con la suya.

Lo más importante para los niños es que sus padres jueguen con ellos. El hecho que Kobe haya muerto llevando su hija a un juego de baloncesto es la forma más noble de fallecer y lo eleva por encima de Michael Jordan en la discusión del mejor jugador de todos los tiempos. Leyenda joven por siempre como Bruce Lee.

Por Kobe antes quería ser el mejor en una cancha de baloncesto, ahora por Kobe Bryant lo único que quiero en la vida es ser buen padre de familia y criar bien a mi hija.

Gracias por la inspiración, Kobe.