miércoles, 21 de abril de 2021

La Casa de Higinio



Mi primer amigo rico fue Higinio, también el primero que se suicidó. Nos hicimos amigos en sexto grado gracias a un gusto mutuo que en ese entonces yo acababa de descubrir y hasta el día de hoy me persigue: la música y la pornografía. Pero Higinio a pesar de tener la misma edad que yo ya era un veterano en el heavy metal y las películas triple X.

 

Nunca supe en que trabajaba el papá, solo que era millonario con una mansión en Gurabo y que se montaba en helicóptero con Angel O. el alcalde de Caguas en los 80’s a reírse de los pobres abajo. Higinio era el único nene de mi clase que los papás no le decían nada por ver revistas Playboy y Penthouse.

 

“¡Qué leche!” decíamos todos al enterarnos de esa libertad sexual, mientras a nosotros nuestros papás no nos dejaban ver las películas de Porky’s en Sin Editar de TeleOnce. Yo estaba loco por tener una Playboy en mis manos. Así que Higinio me invitó a su casa a escuchar rock satánico y ver revistas de gringas con los bollos pelús (era principios de los 90’s).

 


Cuando llegué a casa de Higinio quedé maravillado. Su casa era como la de ‘Weekend At Bernies’ pero sin la playa. Bien amplia por dentro, el techo parecía de 30 pies con una piscina bien grande atrás y para subir a los cuartos había que subir unas escaleras que parecía que las diseñó MC Esher o el escenógrafo de ‘Laberynth’. En el cuarto vi la Playboy de LaToya Jackson y la Penthouse de Vanessa Williams. En una la mamá entró al cuarto y me frikié pero Higinio me calmó diciendo: “Eso no es na’, a mi no me dicen na’.” Y era verdad. La casa de Higinio era el paraíso.

 

El badtrip fue cuando mi papá me fue a buscar y sin querer le pasó por encima a uno de los dos gansos que tenían en esa propiedad. No sé como lo hizo porque no lo vi pero cuando me estaba cambiando el traje de baño Higinio llegó al cuarto: “Tu papá mató uno de los gansos.” Cuando salí vi a mi pai con las manos en la boca bien avergonzando. Ahora no sé si lo hizo por envidia de estar en una casa de gente de tanto dinero.

 

En el momento no lo sabía pero esa fue la única vez que fui a casa de Higinio. Nunca más volví, pero nunca deje de escuchar la cosas que pasaban allí. Las fiestas de 8º grado donde par de nenas de la clase fueron desvirgadas y donde muchos fumaron pasto por primera vez fue en la casa de Higinio. Mientras estuvo en mi escuela siempre fue mi amigo y escuchamos a Dr. Dre ‘The Chronic’ igual que a Megadeth ‘Master of Puppets’. Al otro día de Kurt Cobain volarse la tapa de los sesos en Seattle los únicos bien emocionados hablando de la muerte del portavoz rebelde del grunge éramos él y yo.  Higinio era blanquito de pelo rizo, yo le decía que se parecía al cantante de AC/DC que parece cócolo de pelo encrispao pero en realidad son rockeros bien metálicos. Cuando Metallica sacó ‘The Black Album’ todos estábamos mamando con ese disco pero Higinio nos miraba con mueca y decía: “Metallica se dañó y ese disco es una mierda”. Ese era Higinio.

 


También sabíamos que eran como nueve hermanos que el papá tenía regaos con diferentes mujeres y que todos les salieron maleantes y/o malos. Como si Cosculluela fuera real y no feka, pues así. Recuerdo cuando Higinio trajo la portada de El Vocero y nos dijo: “Ese que están arrestando en la portada es mi hermano Yeyé, del que yo siempre les hablo.” Nosotros conocíamos al hermano de Higinio por la historia que él mismo nos contaba que cuando tenía 5 años su hermano Yeyé lo llevó a un prostíbulo y que pusieron una película en un televisor y una mujer le hizo lo mismo que salía en el televisor. En el momento se lo celebrábamos y lo envidiábamos, ahora pienso que abusaron sexualmente de él. La vida te da diferentes perspectivas.


        Luego a Higinio lo cambiaron de escuela en 9º grado y solo lo volví a ver una vez más en un torneo de volleyball en mi escuela para la época de las Jordans de charol y del disco ‘Sueños de Destrucción’ de Memo y Vale. Nos abrazamos como panas que éramos burlándonos de los cristianos bobos que estudiaban allí como siempre hacíamos. No me imaginaba que lo próximo que sabría de él sería que se suicidó.

 

Mentira. A Higinio lo cambiaron a la misma escuela donde estaba mi vecino Omar David y cuando yo le preguntaba por Higinio me decía: “Papo ese tipo está loco pal carajo y siempre está hablando que se va a matar y que no quiere vivir y que odia a los pais. Los otros días hizo el aguaje de que se iba a tirar del techo pa’ bajo, cuando le preguntas para estar en los grupos para hacer los proyectos juntos te dice: ‘Si estoy vivo lo hacemos’. Cabrón, ese tipo está loco pal carajo.”

 

Fue en diciembre, siempre son en diciembre. Llegué al comedor y me lo dijeron. “¿Te enteraste? Higinio se suicidó.” Todos contestaban igual: “Ya lo hizo” porque siempre lo dijo que lo iba a hacer. Lo que no sabíamos era como lo iba a hacer. ¿Se acuerdan que les dije de la muerte de Kurt Cobain?

 


Higinio sufría del síndrome de pobre niño rico donde tuvo todos los bienes materiales pero nunca un abrazo. Odiaba a sus padres por toda la negligencia que le tocó vivir. Ese odio lo llevó a planificar que sus papás llegarían de viaje un domingo por la mañana y él jueves por la tarde con la AR-15 del papá se disparó dentro de la boca volándose la cabeza como nuestro ídolo de Nirvana al lado de la piscina. Planificó los días para que sus padres encontraran el cuerpo ya bien entrado en estado de descomposición. Así los odiaba.

 

No fui al velorio pero me contaron. Me dijeron que el papá solo decía sin llorar que no entendía porque lo había hecho si le había dado todo. Todo menos cariño de padre. Higinio dejó cuatro cartas: Una a sus padres, una a sus amigos, otra cagándose en Dios y en la sociedad, y la cuarta carta era de cómo quería que lo enterraran. Vestido todo de negro con un crucifijo al revés en el pecho, una cajetilla de cigarrillos en el bolsillo y botas negras. Lo complacieron en todo menos en las botas que no cabían en la caja.

 

Nunca voy a olvidar ese día que fui a su casa. Cada vez que me entero de alguien que conozco que cometió suicidio me acuerdo de Higinio y como su vida desde afuera parecía la envidia de todos pero en realidad era una mierda vacía sin amor que nunca le desearía a nadie. Hay muchos por ahí viviendo en la casa de Higinio.