jueves, 9 de abril de 2020

Me cago en el coronavirus




Me cago en la madre del chino que se comió la sopa de murciélagos y le dio un súper catarro que ha detenido al mundo. Todos sabíamos que los chinos no tienen alma pero no era para tanto. ¿Por qué no pueden ser civilizados como nosotros y comer vacas, lechones y pollos? Es como cuando salió el SIDA y decían que un africano se clavó un mono. No me lo creo porque conozco gente de San Lorenzo que tenían relaciones inter-especies con caballos y algunos hasta el son de hoy son felices con sus amantes equinas y hasta abogan por la legalización de los matrimonios hombre-yegua.

En las paginas de conspiración del internet gente con poca actividad sexual dicen que todo esto es una guerra bacteriológica entre China vs USA para frenar al gigante oriental y detener la globalización económica como la conocemos. Otros dicen que los iluminati están cayendo y usan el coronavirus para tapar la pedofilia. Mi teoría es que después de la muerte de Kobe Bryant la concentración de tristeza global por tan inesperada perdida creó un nuevo virus mortal, por eso se llama covid-19 en honor a cuando Kobe repartió 19 asistencias contra los Phoenix Suns en 2009.

Lo que no es teoría de conspiración es que el puto virus es real. Al principio dudaba de su existencia, pensaba que era otro invento mediático igual que el HIV de Magic Johnson, el supuesto talento de Bad Bunny y las ollas Lifetime. No me estuvo raro porque soy independentista y mi naturaleza es no creer en nada y desconfiar de todo. Pero luego amistades me contaban que sus familiares lo padecían y ahí cagaba pelo. 

Esta es la primera pandemia de todos y todos estamos igual de asustaos y cagaos.

Antes era anti-social y mala persona, ahora por culpa del coronavirus soy prejuicioso y mala persona. Las pocas veces que he salido durante la pandemia cuando veo viejos en la fila de la ATH siento asco y no quiero respirar el mismo aire que ellos. Es sorprendente como los medios de comunicación nos cambian la mente sobre algo que no hemos visto en persona pero que tampoco queremos ver. Antes que me digan irresponsable las veces que he salido a la calle durante la pandemia siempre ha sido para comprar cripy legal en el dispensario porque la madre mía va a pasar esta mierda sobrio.

La Gobernadora sustituta Wanda Vázquez parece más la doña que vendía limbers frente a la cancha que una Primera Ejecutiva. No puede decir una oración sin meter a Dios, su religión y sus temores de por medio. Ahí se ve que no es política. A los creyentes no les gustaría que un Gobernador ateo estuviese todo el tiempo desacreditando su fe, pues los no-cristianos tampoco quieren una Gobernadora que poco le falta por dar una conferencia de prensa rezando el Ave María apretando las bolitas del rosario. No hay respeto por las diferentes creencias.

Todo lo que pensábamos que iba a pasar en las elecciones de noviembre 2020 cambió pal carajo. Después de las muertes de los viejitos y la gente puerca sin higiene lo peor del coronavirus será el desempleo que traerá. En las últimas dos semanas en Gringolandia más de 10 millones de personas quedaron desempleadas. Esta es la valla más difícil de superar por Trump en la carrera presidencial.

En Puerto Rico ya empezaron los trucos y los chanchullos del gobierno con dinero que se supone sea para ayudar, pero Wanda Vázquez la sustituta nunca sabe nada. Los zombies incondicionales dirán que está haciendo lo correcto, los más sensatos lo pensaran dos veces antes de darle el voto a una persona que solo se preocupa por algo si sale en Twitter o Facebook. Van a cerrar los supermercados en Semana Santa pero dejaran que las iglesias se reúnan. Les digo que es una bruta. Wanda es peor que Ricky Rosselló, más fascista y más vengativa. Me cago en ella también antes que se me olvide.

Necesito hacer compras. Me pongo mi mascarilla y mis guantes con la incertidumbre de si tendré trabajo el mes entrante. Salgo a comprar alimentos en la farmacia de Turabo Gardens que antes era un Econo para evitar ir al Amigo y respirar el mismo aire de los viejos pesimistas que no les importa morir. A mi si me importa. Y mucho.

Me cago en el coronavirus.