Declaran el
‘Día Nacional del Dubi’ y todas las cafres con pinches de metal en la cabeza
están de pláceme, mientras que a los ciudadanos finos que reprochamos esa
charrería nos quieren hacer sentir mal por no querer bajar nuestra calidad de
vida en la sociedad. ¿Qué carajo le pasa a mi país qué antes criticaba esto y
ahora lo celebra? Es como si el espíritu de Doña Florinda se posara sobre toda
la cafrería femenina puertorriqueña.
En casa mami
le hacía “dubi-dubi’s” a mis hermanas
y yo me reía porque se parecían a E.T. cuando abre el radio de Elliot para
llamar collect a su casa planeta. Aún
así mami, siendo una señora decente que solo practica el sexo oral en
cumpleaños y aniversarios de boda, decía que los “dubi-dubi” solo se usaban en la casa. Que las mujeres que salen en
“dubi” a la calle son unas cueros.
Las mujeres se exhiben en “dubi-dubi” y
luego se quejan que los esposos le dan puños en la cara. Contra, hay que tener dignidad. Uno se casa con una mujer, no con un animal de granja.
El “dubi-dubi” es algo privado como afeitarte la chocha o “blichearte” los pelos del culo. Todos sabemos que lo haces, aún así no lo queremos ver. En hombre sería como hacer el Día de la Camisilla o las recién parías hacer un maratón de dar la teta en Plaza Las Américas. Sencillamente no lo queremos ver. ¿Ok?
El “dubi-dubi” es un reflejo de todo lo
malo que ocurre en Puerto Rico. Es un estilo de cabello a medias, no están
despeinadas pero tampoco tienen el resultado final de tener el pelo sedoso por
tenerlo en forma de caracol metálico apestoso. O sea, el “dubi-dubi” es como el ELA, mientras uno no está peinada ni
despeinada, sino entre medio, el Estado Libre Asociado no es ni independencia
ni estadidad, sino entre medio. Es un estilo de pelo colonizado, es quitarse de
querer dejar de ser pobre y celebrar la pobreza con una nueva moda social, y
que tu estilista sea Luis Muñoz Marín. Nuestra cultura está mal.
Celebrar el Día Nacional del Dubi es celebrar que empiezas las cosas y nunca las terminas. Típico puertorriqueño colonizado de mierda. Sin contar del complejo de siempre querer tener el pelo lacio cuando no lo tienen así. Nunca se lo he metido a una mujer en “dubi-dubi” y nunca lo haré. Así me ayude Dios.
Lo peor fue
que en Church’s Chicken pusieron una oferta de que si ibas en “dubi” te regalaban una presa de pollo,
como si la cadena de pollo frito más lenta de este lado de Kentucky premiaran a
las cafres vagas estás por no terminar de peinarse. Me cago en el Pancho Sándwich
(RIP).
La raíz de
todo este problema lo es la señorita Natalia Lugo. La señorita Lugo se ha hecho
famosa en Puerto Rico por su personaje de yale en “dubi-dubi” enseñando las tetotas. Si no fuera por esas tetas Borinquén
Bella nunca hubiese celebrado el Día Nacional del Dubi, y estas mujeres no andarían
en público imitando antenas parabólicas cogiendo señal directa desde el
Infierno para joder a los hombres.
Porque ese es el verdadero problema de los “dubi”, que ustedes afean la sociedad y no dejan que funcione debidamente. Con mujeres feas en “dubi-dubi” por ahí creyéndose la gran cosa ningún hombre se motivaría para superarse en la vida. Si la mamá de ustedes hubiese tenido un “dubi-dubi” en la noche que tus papás te engendraron, te aseguro que a tu viejo no se le hubiese parao y tú no existirías. La vida empieza en la erección del hombre. Déjense de cafrerías y poca vergüenzas, y váyanse a terminar de peinar. Coño.
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